La curiosa coincidencia que cambió el curso de la historia
La vida esta llena de curiosidades y de casualidades que no entenderemos nunca. Esta es una curiosa casualidad que ojalá no hubiera pasado nunca, ya que nuestro mundo sería muy diferente de como lo conocemos ahora. O no existiría. O lo gobernarían los nazis. O la Patrulla Canina. O los Lannister. O los Annunakis Reptilianos. Cualquier cosa hubiera podido ser y nunca sabremos cómo hubiera sido el destino de La Tierra si esta curiosa casualidad no se hubiera dado.
Imagina que, tú y unos cuantos más intentáis asesinar a un alto cargo de la oposición y falláis en el intento. En eso que te vas al bar a maldecir y ahogar tu rabia con alcohol por no haber podido acabar con la vida de tu víctima y cuando sales del bar, te lo ves cara a ti otra vez subido en el coche. Estupefacto pero aún con la rabia en las manos le pegas un tiro a él y a su esposa que viaja al lado cumpliendo tu cometido sin saber que acabas de dar comienzo a la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial.
Era el 28 de junio de 1914 en Sarajevo y Gavrilo Princip, junto con algunos de sus compañeros anarquistas serbios pertenecientes al grupo Joven Bosnia, esperaban ansiosos el paso por las calles del archiduque de Austria Franz Ferdinand en su coche de época. Su intención era asesinar al archiduque con varias granadas y pistolas si hacía falta, así que esperaron el momento propicio. El primer intento fue fallido. En el segundo lograron tirarle la granada pero esta rebotó en la capota del coche hiriendo así a 20 viandantes. La comitiva se dirigió al ayuntamiento a gran velocidad y ya resguardados y serenos, Francisco Fernando y su esposa cancelaron su agenda y decidieron ir a visitar al hospital a los heridos de su atentado fallido. Gravrilo Princip al ver que su intento de asesinato se había ido al traste, se fue a un coffe shop a ahogar sus penas y su rabia.
La comitiva se puso camino al hospital y para evitar el centro de la ciudad, se ordenó que se siguiera otra ruta alejada de las calles principales. Pero no avisaron al conductor del coche del archiduque y en su camino tuvo la mala fortuna de hacer un giro equivocado y pasar justo por donde estaba Gravrilo. Este, me imagino que con los ojos tan grandes como dos ruedas de camión, no pudo desaprovechar esa curiosa casualidad de tener a su víctima otra vez en frente suya y disparó dos tiros a unos cinco metros de distancia matando al archiduque y a su esposa. Princip fue detenido inmediatamente. Durante el juicio, afirmó que su intención no era matar a Sofía, sino al gobernador Potiorek, que iba en el asiento de delante.
Y gracias a esta curiosa casualidad, Austria declaró la guerra a Serbia y empezó la Primera Guerra Mundial donde más de 9 millones de personas perdieron la vida.